La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos. En ella influyen la cantidad de sangre bombeada por el corazón y la resistencia de la sangre a moverse por los vasos sanguíneos. Esto significa que cuanta más sangre haya y más estrechos sean los vasos sanguíneos, mayor será la presión.

Una tensión arterial de 140/90 o más se considera hipertensión. Estos dos números significan

presión sistólica (el primer número): la presión en los vasos sanguíneos en el momento en que late el corazón;
la presión diastólica (el segundo número) es la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón.
Ambas cifras son importantes. Debe considerar que su tensión arterial es alta si al menos uno de estos valores es elevado.

Lo ideal es que su tensión arterial esté entre 90/60 y 120/80 mmHg. Si está entre 120/80 y 140/90 mmHg, es necesario cambiar el estilo de vida para evitar que aumente.

Síntomas de la hipertensión

La hipertensión va acompañada de dolor de cabeza, náuseas, acúfenos, palpitaciones, disminución de la agudeza visual, irritabilidad y sudoración.

A veces el aumento de la tensión arterial puede ser asintomático. Por eso es tan importante controlar las lecturas de la tensión arterial.

Cómo medir correctamente la tensión arterial

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la mejor herramienta para medir la tensión arterial en casa es un tonómetro automático. Son fáciles de usar, pueden medir el pulso y el error de medición es mínimo con estos modernos dispositivos.

Se recomienda permanecer sentado sin moverse durante unos minutos antes de realizar la medición, ya que cualquier actividad física leve provocará un aumento de la tensión arterial. No hable ni cambie de postura durante la medición de la tensión arterial.