El otoño es una época en la que debemos cuidar especialmente nuestra salud. Con la llegada del frío, los problemass crónicos pueden agravarse. Pero en este artículo hablaremos de lo que puede esconderse tras la máscara de los síntomas familiares. Más concretamente: quién puede estar escondiéndose.

Cuando oímos las palabras «parásitos», «helmintos», «gusanos», la primera reacción es dejarlas de lado. Pero la realidad es que una persona que lleva un estilo de vida sano, vive en un piso bien acondicionado y vigila cuidadosamente su higiene, también puede enfrentarse a este problema. Puede convivir con él durante años sin ni siquiera darse cuenta de cuál es la verdadera causa de sus dolencias.

No para asustarle, sino para animarle a cuidar de su salud, le hablaremos de los principales tipos de efectos de los parásitos en el cuerpo humano. Si observas síntomas similares, no lo dudes, ¡hazte las pruebas y acude al médico!

Impacto mecánico. Ascarida traumatiza la pared intestinal, y también puede causar un proceso inflamatorio. Echinococcus en el hígado, los pulmones o los riñones provoca la compresión de los tejidos. Todo esto conduce a una violación de las funciones de ese órgano o de ese sistema en el que está presente el parásito.

Reacciones alérgicas. Si acudir en círculos dermatólogo – pediatra / terapeuta – alergólogo no conduce al éxito, excluya la presencia de parásitos en el organismo. Las reacciones alérgicas pueden ser variadas: tanto erupciones cutáneas como lesiones del árbol broncopulmonar. Por ejemplo, una bronquitis obstructiva frecuente en los niños puede ser el resultado de un parásito que vive en los intestinos.

Medidas preventivas. Para prevenir la infección por helmintos, es necesario observar las normas de higiene personal, utilizar sólo agua de calidad en el hogar, vacunar y desparasitar periódicamente a los animales domésticos, lavar cuidadosamente las frutas y verduras antes de consumirlas, así como someter a un tratamiento térmico suficiente los productos cárnicos y pesqueros.

En caso de contacto regular con animales domésticos, niños en grupos infantiles, contacto con el suelo, pesca o caza, viajes frecuentes a países exóticos, los médicos recomiendan la profilaxis medicamentosa. Toda la familia debe tomar la medicación prescrita por el médico dos veces al año: en primavera y en otoño.